Un día, la seño Fini nos enseñó una cajita pequeña con forma de corazón y nos dijo que ahí iba a guardar un mensaje secreto.
Quien quisiera leerlo sólo tenía que ir a su mesa, abrir la caja y verlo sin que nadie lo viera a la misma vez. Y lo más importante: no decirselo a nadie y hacer lo que diga el mensaje.
Cuando el mensaje es leído por muchos o incluso unos se lo han contado a otros amigos, se cambia por otro.
El mensaje puede ser por ejemplo:
Dame un beso.
Dime hola.
Da una vuelta.
Coge mi mano.
Y de esta manera incitamos a la lectura con frases cortas.
Después, algunos de nosotros jugabamos en el patio a hacer los mensajes secretos, con lo cual había escritura y lectura. Una actividad sencilla y divertida.